martes, 9 de marzo de 2010

Santarem - Belem - Sao Luis

El resto de días por Alter do Chao transcurrieron de la misma manera que los primeros. Playa, lectura, kayak y más playa.






A modo simplemente anecdótico los mosquitos me martirizaron un poco en el hostal donde estábamos. Incluso me llegaron a picar en el labio superior pareciendo que me hubiera golpeado Mike Tyson.
La penúltima noche decidí incluso que era mejor dormir en la playa.






Así que la última noche en parte para evitar los mosquitos y en parte ahorrarnos una noche, decidimos hacerla en la playa. Por supuesto esa noche tenía que llover y a media noche buscamos un lugar para cobijarnos. No duró mucho, así que volvimos a tender nuestra hamaca. Por alguna razón los mosquitos también decidieron masacrarme en la playa esta vez. Así que dormí una hora apenas.










El viernes 5 de marzo nos fuimos a Santarem a coger el barco dirección a Belem. Salió a las 16, 4 horas más tarde de lo esperado, lo cual es bastante puntual :P
Los días en el barco transcurrieron tranquilos, como ya estamos acostumbrados después de habernos recorrido todo el Amazonas. Por la noche algo de marchita gracias al ánimo de la gente y la intervención de algún instrumento musical.
Yo sigo con mi abstinencia de cachaza por el momento. No me gustaron sus efectos el sábado pasado. Así que incluso en la noche a veces seguía leyendo :)














Algo que me impresionó por el camino es que, de repente, a medida que llegábamos a la desembocadura del río, aparecían un montón de botes de los poblados colindantes que parecía que quisieran crear un pasillo para el barco. Así fue durante todo el día. Me sorprendrió la primera persona que tiró una bolsa de plástico al agua y el bote más cercano se apresuraba a cogerla. Se ve que la gente esperaba que la gente del bote tirara la ropa que no les servía o lo que consideraran adecuado. Se ve que lo hacen con todos los barcos. Era algo que no había visto en todo el transcurso del río.






Llegamos a Belem el domingo a las 14:30. Decidimos que no pasaríamos mucho tiempo en Belem y que marcharíamos lo antes posible dirección a Sao Luis. El autobús tardaba 12 horas y salía esa misma tarde a las 19:30. Nos acompanaría hasta Sao Luis, y puede que más adelante, Ollí (+-), una alemana que conocimos en el barco.
Puesto que nuestra odisea amazónica había finalizado y no soy una persona nostálgica (al menos no con los objetos), decidí intentar vender mi hamaca, que me ha acompanado desde Pucalpa, Perú.
Así que me puse manos a la obra pidiendo un cartón, la traducción al portugués de 'vender hamaca', un rotulador, y a la calle!






En una hora ya tenía vendida mi hamaca por un precio algo superior al que la compré! :))) 25 Reales que me saqué, jeje. Y sobre todo la ilusión que me hizo de ver que era posible hacerlo :)






Llegamos a Sao Luis el Lunes 8 de Marzo por la manana. Nos hospedamos en la 'posada internacional'. Dimos un paseo por el casco antiguo. Es una ciudad con restos coloniales, como lo son las más importantes bajando el Amazonas. Realmente es una ciudad bonita.














También es conocida por ser la capital del Reagee en Brasil. Lo cierto es que para ser un lunes por la noche todos los locales y cantautores se basaban en dicho género musical.

Al día siguiente, martes, fuimos a Alcántara. Se llega en una hora de barco desde Sao Luis. Lo más interesante sin duda fue el viaje de ida y vuelta en catamarán! Nos tumbamos en la red y parecía que estuviéramos en un jaccuci gigante! A veces las olas te llegaban a levantar de la red y todo! De hecho mi chancla salió volando al mar... excusa perfecta para comprar unas nuevas en Alcántara :)






La ciudad, también colonial, es bonita, merece su paseo, pero como digo, lo más interesante el catamarán, jeje.










Esta misma tarde, a las 19:30, sale nuestro bus a Barreirinhas, pueblo de entrada a la reserva natural de Llençois do Maranhao. Esta reserva es un conjunto de dunas cuyas vistas son impresionantes sobre todo en la época lluviosa, donde se forman lagos entre las dunas, y se crea un paisaje diurno y nocturno espectacular. Desgraciadamente no estamos en la época lluviosa, no será lo mismo sin los lagos, pero se ve que merece la pena igual. Haremos una rutilla atravesando la reserva hasta llegar a Jericoacoara, una de las mejores playas de Brasil. Dicen que el recorrido merece la pena por la variedad de paisajes. Así que veremos qué tal!









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