viernes, 5 de febrero de 2010

Huancayo / Matibamba

Hello de nuevo!

Volví a la civilización y con ella al acceso a medios de comunicación como el teléfono e internet...
Por donde andaba.. Pues eso, los primeros días un poquito de tour por Huancayo y sus alrededores. Es una ciudad al puro estilo peruano pero sin el estrés de Lima. Por lo demás tampoco está muy adaptada al turismo así que los sitios para las típicas fotos se acaban rápido :P
Como siempre nos recibieron con buena comida y buenos desayunos hospedados en casa de Ruth.








Primer día fuimos a ver el criadero de truchas de Ingenio. Está a 1 horita de la ciudad. Es una zona donde es famosa la trucha y sus diferentes estilos culinarios que pueden ser degustados en diversos restaurantes cercanos al criadero.









Por la tarde nos informamos un poquito para poder hacer al día siguiente un tour al Huaytapallana, una montaña famosa de Huancayo donde se suelen hacer trekkings para turistas. Así que contratamos un guía y nos vino a buscar al día siguiente a las 8 de la mañana aprox.
Llegar hasta allí ya fue toda una aventura teniendo que atravesar puentecitos de madera donde había que bajarse del coche para no joder los bajos. En otras ocasiones bajar para empujar algún coche varado en la carretera, etc.
Finalmente llegamos, pero lo que se suponía iba a ser un paseo tranquilito por la montaña como cualquier otro que pueda ser publicitado para turistas, resultó ser más duro de lo que parecía. El paseíto empezaba directamente a una altura de 4000 metros y había subir 1200 para llegar a la base del glaciar. En principio 3 horas de ida y 3 de vuelta. Todo esto con lluvia, nieve, niebla, frío, etc. Vamos, que finalmente lo iba a subir Rita. Así que nos limitamos a hacer unas cuantas fotillos y volver para llenar el buche.










Nos dimos también una vueltecita por el parque de la Indentidad, un parquecito hecho todo de piedrecitas, con jarrones y cositas. Uno de los pocos puntos turísticos de Huancayo. Esa noche también salimos un poquito de fiesta que ya iba apeteciendo después de tanto turismo.
Al día siguiente fuimos al mercado de Huancayo, para informarnos de los "carros" que salían al día siguiente hacia Matibamba. El mercado también me resultó algo curioso, sobre todo la sección de carnicería, evitar las fotos para los más aprensivos. Supongo que también debe existir en España, pero yo no sé, nunca había visto tantos trozos de animales expuestos de cualquier manera y me impresionó un poco.










Al día siguiente cenita con Don Jorge, el abuelo de Ruth, y bien madrugadores camino a Matibamba. Dos horitas de camino pero la verdad es que yo las disfruté, unas vistas preciosas.






Llegados a Matibamba nos asentamos en un cuarto que llevaba vete tú a saber cuanto tiempo cerrado donde pensé que no seríamos capaces de conciliar el sueño por los picores. No fue así y realmente estuvimos a gusto.
Matibamba es un pueblo bien chiquitín. No todas las casas tienen luz, y afortunados son aquellos que tienen un buen baño. A pesar de todo la hospitalidad de la gente era abrumadora. Casi nos sentíamos como famosos ahí dentro. Todo el mundo sabía quienes eran los españoles. Si te alejabas un momento de un grupo para ir a pillar una silla, o porque querías ir a mear (por supuesto siempre al aire libre), siempre te enganchaba otro grupo para invitarte a beber o bailar en sus típicas rotondas.
Cualquier reunión social ha de ir acompañada de alcohol por definición. De hecho tiene su gracia la manera de pasarse la botella de cerveza y el vaso, tiene su pequeño ritual. Por cierto, para quien no lo sepa, odio la cerveza, pero eso no parecía disuadir a nadie para invitarme; y claro, ya que tampoco había otra opción no quería parecer un "marginal" de esos que no beben :O
El desayuno, la comida y la cena corrían a cargo de una familia que invitaba a todo el pueblo. Cada año se nombran los encargados de colaborar para la fiesta del año que viene. El organizador de toda la fiesta es el mayordomo, el que ha de acarrear con los gastos para los que no consiga voluntarios. Si al final de la fiesta no ha salido ninguno para el año que viene, se pilla al más borracho de todos y se le alza por toda la plaza prácticamente contra su voluntad proclamándole mayordomo para el año que viene. Un putadón, vamos...
La verdad es que la fiesta, las danzas, la música, no se parecen a las que tenemos en nuestros pueblos. Parecen muy ancladas a costumbres antiguas relacionadas con chamanes y cosas así. La "orquesta" se compone de violines, arpa y alguna trompeta y parece que siempre estés escuchando la misma canción. El baile es siempre en coro y se basa en el zapateo. De vez en cuando salen algunas "doncellas" a cantar. Su canto es un chillido particular sólo de garganta y siempre con ese tono vocalizan las canciones.
Existe también una competición entre dos grupos de "tijeras". Los integrantes llevan literalmente unas tijeras en las manos (sin el tornillo que las une) y las hacen sonar al ritmo de la música como si de unas castañuelas se tratara. A la vez pegan saltos y hacen acrobacias. Gana aquel que es más abucheado y recibe más dinero mientras baila. Bien curioso también.
Por la noche puedo disfrutar de la bebida gracias a un "calentito" compuesto a base de licor de caña, limón y no sé que más. Un respiro para mí en el que puedo apartarme de mi detestada cerveza.
Ah! Casi se me olvida, imaginaos el tipo de hospitalidad que recibíamos que hasta nos invitaron a una boda como si fueramos familiares! Por supuesto veníamos un poco como invitados de Ruth y Patsi. Aquí se ve que a parte de la novia, el novio también lanza una flor hacia atrás para el siguiente novio; y a que no sabéis quién la agarró... el menda! Si llego a saber que luego tenía que bailar con la chica que también había cogido la flor para las chicas delante de todos está claro que no lo hubiera hecho, inocente de mí!

Bueno, creo que he sido más descriptivo de lo que quería y puede que me haya quedado un poco tostón.
La vuelta por supuesto también tuvo su pequeño ingrediente de gafe por nuestra parte, como no podía ser de otra manera. Nos levantamos a las 5:30 de la mañana pero no fue hasta las 11:30 que conseguimos coger un carro de camino a Huancayo. Nuestro autobús de Huancayo a Pucalpa sale cada día a las 14:00. Todavía nos daba tiempo a llegar si no hubiera sido porque de camino encontramos un choche tirado en el camino sin gasolina (vaya premio nóbel de tío) que por supuesto tuvimos que remolcar hasta lo alto del cerro para que él se las apañara en la bajada. Por cierto, nosotros íbamos en un camión pequeño en la zona de la carga, que para nosotros ciertamente le daba un cierto encanto al viaje.
Así que después de todo llegamos a Huancayo a las 15:00 y como no, ese bus sí que salió tiempo. Así que un día más perdido.
Y aquí estamos, al día siguiente por la mañana, día 5 de Febrero. A punto de coger nuestro autobús de las 14:00 con destino a Pucalpa... 18 horas!!

Me voy cagando hostias!!



































3 comentarios:

  1. Jorjusoooo, parece que te ha bendecido el dios del infortunio. Me he leido todas las entradas del blog y está muy currado. A ver si en adelante teneis mas suerte con los transportes jajajjaj Por cierto, supongo que nos deleitarás con alguna aventurilla amorosa, aunq sea en versión censurada apta pra todos los públicos no? :D
    Enga señor, a seguir disfrutando del viajazo y a mantenernos informados cuando se pueda. Dale recuerdos a Germuso. Suerte en todo!!

    Fdo.: Marmota.-

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  2. Marmota, no seas mentiroso, que tu no sabes firmar

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  3. Jeje, qué pasa? Que ya no os veis por ahí y os tenéis que enviar mensajes a través del blog? ;)
    Como van esas tajillas findesemaneras?

    No te agradecí el mensaje Guillermuso pero lo leí. Merci!

    Por lo demás seguimos en movimiento! Mañana estaremos navegando por Brasil! Camino a Manaus!

    Un abrazo

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