domingo, 14 de febrero de 2010

Barco Pucalpa + Pacaya - Samiria

Pues sí sí, al final 22 horitas para llegar de Huancayo a Pucalpa. Con el típico corte habitual de carretera de 3 horas y media debido a las lluvias.
Aun así llegados a Pucalpa tuvimos relativamente suerte. Nos enteramos de que el barco que iba hacia Iquitos saldría esa misma tarde (ya no nos daba tiempo) o mañana por la mañana. Aquí debería sentar el precedente de que la cosa funciona así; los barcos salen cada 2 o 3 días. Un barco atracado en puerto puede tardar perfectamente 2 días en salir. Y tú mientras tanto haces vida en el barco esperando a que salga. Si preguntas cuándo sale siempre obtendrás la respuesta de "esta tarde" o "ahorita".
Con esto dicho he de decir que tuvimos suerte porque el barco salió al dia siguiente. No a las 7 - 8 de la mañana como nos habían dicho pero sí a las 15:00. Lo cual, aunque parezca mentira, aquí se le llama suerte.











El viaje en si de 3 días en barca es toda una experiencia. El barco es uno grande de carga que también permite pasajeros. Es el que utiliza la gente y algunos turistas (pocos). Conocimos a bastante gente en el barco. Creo que podría hacerse un remake de "vacaciones en el mar" nombrado "vacaciones en el río".
Entre algunas personas destacadas conocí a David, un chaval de 10 años que me enseñó a perderle el miedo a ciertos bichos como el "perrito de Dios" (de hecho no había bicho que David no cogiera). Este bicho tiene unas patitas delanteras con las que surca la arena, si lo coges te rasca. Segun me contó su abuela, en las chacras (el campo), este bicho se le pasa por los pies a los bebés, para que les rasque, así cuando son mayores no se cansan nunca de caminar y tienen más resistencia. Creencias como estas hemos oído bastantes. La chamanería, ritos y leyendas están muy arraigados en la cultura de la zona.











También conocimos a Álvaro, un viajero madrileño aficionado a la fotografía que iba allá donde habían aves. A su compañero de habitación, el chileno Alberto, que nos ofreció casa en Santiago de Chile. A Irma, su hermana, y su hija, una familia loretana (de Iquitos). Irma nos obsequiaba con todo tipo de atenciones, desde probar todo tipo de comida hasta pequeños obsequios que nos regaló.










Las vistas de amaneceres, atardeceres y la noche estrellada tumbado en lo alto del barco son toda una experiencia.
En el barco todo el mundo duerme en hamaca. Nosotros la compramos en el puerto, antes de salir, junto con una cuchara y un tupper, donde te sirven desayuno, comida y cena en el barco. Lo de dormir en hamaca tiene su rollo exotico y ademas se duerme bien. Al menos los 2 dias que estuvimos (todavia nos quedan muchos mas)


























Dos días más tarde de la partida, 8 de Febrero, llegamos a Bretaña, un pueblo de entrada a la reserva de Pacaya - Samiria, según nos habían informado en el barco.
Allí hacemos trato con Augusto, un guía local que lleva aquí desde el principio del turismo en la zona. Después de vagas negociaciones llegamos a un acuerdo mejor del que teníamos pensado.















Al día siguiente, día 9, marchamos hacia la reserva con Augusto y su hermano, Edgar, otro gran experimentado. En la reserva estuvimos 2 noches y 3 días. Moverte por las lagunas en un bote de esos es realmente impresionante para quien no lo ha hecho nunca. Debido a que estamos en etapa de lluvias todos los bosques están inundados y es posible navegar a traves de canales. Aun así, se ve que es mejor en verano donde es más probable avistar animales.
Dormimos en 2 puestos de vigilancia distintos donde conocimos a los guardas locales. Hicimos excursiones por la noche, una en barca y otra caminando por la selva. También hicimos de día. Hay momentos en los que no te crees que tú estés ahí. También vimos animales como el Tapir (o Sachavaca, una especie de burro, pero con forma distinta), el ronzoco (un roedor grande casi del tamaño de un perro), el majaz (otro roedor más pequeño; por cierto, yo no lo vi en la oscuridad de la noche). También oímos al Jaguar (es muy difícil llegar a verlo), al cocodrilo (difícil de ver en época lluviosa). Nuestros guías eran capaces de imitar a toda clase de animales para atraerlos.
Al menos pudimos ver un cocodrilito que cazó Edgar con la mano.
Una boa muerta por intentarse tragar unos peces junto con la red en la que habían sido pescados. La pudimos agarrar triunfalmente como si fuera nuestra presa. Había pensado en una historia mucho más emocionante, pero quién me iba a creer ;)






































Pero sin duda no he hablado todavía del animal mas feroz y temido de toda la jungla! Nadie es capaz de escapar a su mordida, es sanguinario como ningún otro, prácticamente indestructible. Cada cultura y civilización le ha dado un nombre distinto. Aquí le llaman "zancudo"; nosotros le llamamos "mosquito". Yo escapé de sus garras de milagro. Este animal no da un segundo de paz.






El segundo día por la tarde hicimos pesca de piraña. Yo cogí la primera :), aunque luego me desanimé al ver lo que se les hacía a las pobres. Esa noche cenamos caldo de piraña, que dicen es muy afrodisíaco. Aunque según parece no hay comida en la jungla que no lo sea, o al menos así lo suelen vender. Sea como sea no sentí la necesidad de agarrarme a ningún mono.


























Vemos a Álvaro (el madrileño que conocimos en el barco; que bajó en Contamana y se quedó tirado ahí el pobre por tema lluvias) el día de vuelta. Sabía que veníamos a la reserva y decidió seguir nuestras recomendaciones días más tarde. Sus guías (hijos de los nuestros) se perdieron y tuvieron que volver esa noche para intentarlo al día siguiente. Parece que el pobre hombre está más gafado que nosotros.






Volvimos el día 12 a Bretaña, el pueblo de entrada a la reserva. Se supone que esa misma tarde salía un barco dirección a Iquitos. Resultó ser al día siguiente por la mañana a las 10. Pero tampoco, se ve que llegaba a las 16. Pero se ve que tampoco, que llegaría a las 19 pero era probable que no parara. Así son las cosas por aquí... Así que decidimos asegurar el tanto y agarrar un botecito que llevaba una carga de pescado e iba hacia Requena. Este pueblo ya es un pueblo algo más grande y está bastante cerca de Iquitos (12 horas, :O ), así que tiene barcos diarios.
Llegamos a Requena a las 21:00. El barco que nos llevaría al día siguiente ya estaba atracado en el puerto, y vacío. Así que colgamos nuestra hamaca para dormir esa noche (al menos con este medio de transporte uno tiene alojamiento gratis) y nos fuimos a dar una vuelta para ver la fiestecilla del carnaval.

Hoy domingo 14 de febrero hemos dado un paseíto por el mercado y el puertecito a la luz del día. Parecía que estábamos en "isla tortuga", no sé si será apreciable en las fotos. El sitio es autenticamente cargado y sucio como toda ciudad pirata tiene que ser ;)

Bueno, se supone que a las 14:00 zarpamos a Iquitos y llegamos mañana a la misma hora. Hasta nueva orden claro está, ya sabéis cómo va :)










1 comentario:

  1. jolines! cuantos bichos....increible y fantastico, me alegro que lo esteis pasando tan bien en lugares tan exoticos e inusuales
    besos!!!!

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